CARTA DE PETICIÓN AL MINISTERIO SACERDOTAL DEL P. BENJAMIN CADENA
Ciudad Juárez Chihuahua, 14 de agosto de 1986
Bemjamín nos dejó en esta carta escrita por él y dirigida a Don Manuel Talamaz Camandari, primer obispo de Ciudad Juárez, su disponibilidad humilde y transparente de vivir un ministerio en la santidad
Sr. Manuel Talamás Camandari
Obispo de Ciudad Juárez
Estimado Padre y Pastor:
Por medio de la presente le hago a usted la petición explícita y formal de ser admitido en el orden de los presbíteros para el servicio del pueblo de Dios en Ciudad Juárez.
De mi parte quiero decirle que ésta es una decisión libre y consciente, motivada sobre todo por el deseo de seguir a Jesucristo más de cerca y tenerlo en mi vida como mi único maestro. Para mí él es la “perla preciosa” (Mt. 13,45) que quiero “comprar” y para la cual necesito “venderlo todo”.
Y como el evangelio nos dice que para ser su discípulo se necesita cargar día a día con su cruz y renunciar a todos nuestros bienes (Lc. 14,33),
- Quiero renunciar a la seguridad que da la riqueza para ser pobre como él;
- Quiero renunciar a la vida matrimonial con una mujer para ser su signo, con mi vida célibe, del amor “matrimonial” de Dios con su pueblo pobre;
- Quiero vivir en obediencia a la voluntad del Padre y en comunión con usted y con su presbiterio.
Don Manuel, cuando hago esta petición creo estar consciente de los tiempos que vivimos. Descubro que son tiempos de “contramagnificat” y de “antireino”, donde los ricos se llevan todo dejando a los pobes sin nada (Puebla 30).
La fe nos dice que para que la historia de nuestro pueblo adquiera su verdadera cara y encuentre su verdadero sentido, es necesario que sea orientada según el espíritu que Jesucristo quiso darle: el espíritu de las bienaventuranzas, donde los pobres, los que sufren, los que tienen hambre y sed de justicia (Mt. 5,1-11) sean tratados como los hijos predilectos de Dios…
Esta fe no puede ser ingenua: “las profundas diferencias sociales, la extrema pobreza y la violación de los derechos humanos que se dan en muchas partes (de la ciudad) son retos a nuestra evangelización.
Nuestra misión de llevar a Dios a los hombres y los hombres a Dios implica también construir entre ellos una sociedad más fraterna…” (Puebla 90).
Por eso, humildemente quero unirme a esta tarea de la iglesia latinoamericana siendo sacerdote de Jesuristo y viviendo un ministerio profético de liberación, de reconciliación y de redención.
Pido a Dios, por medio de María de Nazaret, me ayude a dejarme guiar por el espíritu de Jesucrsito para superar el miedo – por sus inevitables consecuencias- de anunciar a los pobres la Buena Nueva… (Lc.4,18-19).
Confío profundamente en que será esta gracia de Dios la que me ayudará a vivir en continua conversión a Jesucristo, para superar el miedo – por sus inevitables consecuencias de “anunciar a los pobres la Buena Nueva, proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar la gracia del Señor”.
Confío profundamente en que será esta gracia de Dios la que me ayudará a vivir en continua conversión a Jesucristo, presente en la vida del pueblo y presente en los sacramentos de la Iglesia.
Pongo por testigos de este compromiso a los hermanos de camino del Prado, de la JOC y de Ceb’s.
A la Casa del Padre no pretendo “llegar sólo, ni pronto, sino con todos y a tiempo”.
Don Manuel, consciente de mi debilidad y de mi flaqueza le agradeceré siempre su apoyo, su oración y su consejo de pastor.
Dios lo bendiga
Atentamente,
Benjamín Cadena.