Es un hecho que la presencia del Prado en la iglesia mexicana es, después de cuarenta años, todavía pequeña, equivale al 13% del total de las diócesis y, al interior de las diócesis en donde está presente, muchos sacerdotes, seminaristas y laicos no lo conocen y, lo que es muy importante, tampoco las comunidades parroquiales, los fieles. Sin pretender hacer una apuesta por la propaganda, es del todo necesario dar a conocer el carisma, presentarlo sin timidez o supuesta prudencia a través del propio testimonio y de varios medios.
ARCHIVOS
