DIOS MÍO, DAME TU ESPÍRITU
Invocación compuesta por
Benjamín Cadena De Santiago
quien se encuentra muy delicado.
Invitamos a todos a orar esta bella invocación.
¡Dios mío, dame tu Espíritu!
Lo necesito para ser testigo de tu Verdad
en el mundo; para que libre de aprobaciones
y desaprobaciones, yo tenga el deseo
de agradarte solamente a ti.
¡ Dios mío dame tu Espíritu!
Para amar tu Cruz como la han amado los santos,
para vivir con ellos y dar mi vida por ella
para conducir a los hombres y mujeres
a tu gloria, para amar el extremo.
¡Dios mío dame tu Espíritu!
Para formar apóstoles pobres para evangelizar
a los pobres, para tener la audacia de llamar
en tu nombre a los que Tú quieres que te sigan
por el camino de un sacerdocio según el Evangelio,
y así construir tu Iglesia entre los pobres.
¡Dios mío, dame tu Espíritu!
Para ser fiel al Estudio del Evangelio cada día,
y que éste sea mi principal trabajo: ser discípulo
de tu Palabra para construir tu Pueblo
en este ministerio. Que él sea mi gran acto
cotidiano de amor por Ti.
¡Dios mío, dame tu Espíritu!
Para ser un pastor contemplativo de tu obra,
de tu misericordia actuando en mí a cada momento.
Para que sea tu colaborador en el trabajo que tú
realizas en todas las personas y en mi comunidad.
¡Dios mío, dame tu Espíritu!
Para que Jesucristo contemple en mi carne los sufrimientos
que faltan a su pasión. Para que pueda decir honestamente
que todo lo acepto por amor a Ti, con tal que se haga
tu voluntad en mí y en todas tus criaturas.
¡Dios mío dame tu Espíritu!
Para que yo pueda llegar a ser por la oración
y el sacrificio un pan bien cocido para tu pueblo pobre.
Que el “tomen y coman” de tu persona sea
una realidad en la totalidad de mi vida.
Que el amor sea la fuente de toda mi actividad apostólica.
¡Dios mío dame tu Espíritu!
Para amar a los pobres como Tú los amas,
para entrar en la “compasión” de tu Hijo para con ellos;
para que en este camino habite en mi la santidad de tu Hijo.
Que yo les ame gratuitamente.
¡Dios mío dame tu Espíritu!
Que yo pueda crecer en el amor de tu Hijo, pobre,
crucificado y comido. Que sea siempre consciente
de que este tesoro lo llevo en un vaso de barro,
para que se vea que esta fuerza extraordinaria
no viene de mi sino de Ti.