PADRE SANTIAGO RAMOS LÓPEZ
– Simpatizante de la Diócesis de Tula –
25 julio de 1957 – 31 de enero de 2022
“Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te
“Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor” .
Mt 25,21
P. Emilio Zaragoza
El Padre Santiago murió el lunes 31 de enero de este año 2022, festividad de San Juan Bosco. Desde hace años estaba aquejado por la diabetes que le afectó los riñones y el hígado. Finalmente le dio cáncer en los pulmones que lo llevó a la muerte. Tenía 64 años y seis meses de vida y 26 años de haber recibido el Sacramento del Orden Sacerdotal en el grado de los presbíteros.
Santiago nació en Tlacotlapilco, municipio de Chilcuautla, Hidalgo, el 25 de Julio de 1957. De niño hablaba solamente Hñähñú, en su juventud aprendió a hablar el castellano, urgido por su trabajo.
Entró como Promotor a la Cooperativa Hidalgo, que nació ante las imperiosas necesidades económicas de la gente pobre de los pueblos necesitados de alimentos básicos para su subsistencia, comenzando por el maíz. La central de esta nueva corporación cooperativista fue situada en Progreso de Obregón, Hidalgo. Los promotores recibían cursos de capacitación en cooperativismo y eran enviados a los diferentes lugares que necesitaban el servicio en varios municipios de la región, extendiéndose según la capacidad económica de la central y el número de los promotores.
Ya años antes varias parroquias habíamos comenzado a dar el servicio de alimentos básicos mediante las cooperativas que íbamos estableciendo en las localidades de las parroquias. En 1977 hubo gran escasez de maíz y cada parroquia por su cuenta comenzó a proveer a la gente pobre de este grano básico comprándolo a los productores, o bien, a los acaparadores (maiceros) negociando el mejor precio. Así lo hicimos el seminarista José Rentería Pérez (ahora presbítero de la Arquidiócesis de Oaxaca) y un servidor, consiguiendo el dinero necesario para pagarlo posteriormente. En ese tiempo el azúcar estaba muy controlada y, los tenderos no la vendían al público si no les compraba la gente otros productos. Así que también hicimos convenios con las autoridades para que nos proveyeran uno o dos costales por mes a cada parroquia. Cada parroquia corrió su aventura inventando los medios necesarios, entre los cuales eran muy necesarios cursos básicos de cooperativismo que de pronto les impartimos a los miembros de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs).
De las “tienditas” locales se encargaban personas que pertenecían a las CEBs; pero los productos: maíz, azúcar y abarrotes, se vendían a toda la gente sin excepción y sin condiciones de pertenencia a las Cebs.
En este contexto nació la Cooperativa Hidalgo de inspiración cristiana y, en este contexto, el joven Santiago Ramos recibió su vocación de servicio comunitario a los más pobres. En este servicio, siendo Santiago pobre, se dio cuenta que había otros más pobres que él y su Familia.
Fue un excelente e inigualable promotor para los pueblos de alto porcentaje monolingüe. Pero para recibir la capacitación y transmitirla en localidades que solamente hablaban castellano se vio urgido a aprender más la nueva lengua. Estando en este servicio Santiago vio que necesitaba los estudios de Preparatoria, que hizo en escuela nocturna, a los 19 años.
En su contacto con los más pobres sintió el deseo de ser Sacerdote, seguramente también contagiado por su relación con el padre Roberto Froylán Gutiérrez Arias, que entonces era párroco de Chilcuautla.
En una ocasión se quedó tres días a vivir con el padre Froylán sin decir una sola palabra. Al final le expresó su deseo de ser sacerdote. No fue posible que entrara al Seminario de Tula, debido en parte a su edad, pues tenía ya 23 años. Entonces el padre Froy recordó que conocía a Don Arturo Lona Reyes, Obispo de Tehuantepec y allá lo llevó. El promotor vocacional de Tehuantepec lo recibió y lo envió al Seminario Regional del Sureste (Seresure), sito en Tehuacán, Puebla, que por varios años dio un excelente servicio a las Diócesis del Sureste mexicano. Santiago cursó allí la totalidad de los estudios.
En 1996 Santiago fue Ordenado Presbítero por Don Arturo Lona Reyes, su Obispo, en Tlacotlapilco. Fue toda una Fiesta eclesial y popular. El Padre Juan Bautista Navarro, Pradosiano, originario de Cataluña entonces colaborador del Padre Yves Perraud en Naucalpan, vino a Atotonilco de Tula y, de ahí nos fuimos a Tlacotlapilco. Caminamos en procesión tras el Santo Patrono, San Lorenzo, Diácono, servidor de los pobres. Allí en la procesión iban el Obispo Arturo, Santiago, el Párroco de Chilcuautla, Luis Verst y, todos los concelebrantes de Tehuantepec y de Tula.
Recuerdo que al final de la Santa Misa de Ordenación Presbiteral el Obispo de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes, dijo públicamente, “Si Santiago me dice en este momento que desea quedarse en esta Diócesis de Tula, yo lo dejo aquí con mucho gusto.”
Hace cinco años Santiago se vino a Tula agobiado por la diabetes y otras enfermedades, con la intención de curarse al lado de su familia.
No recuerdo cuándo comenzó a participar en nuestro Equipo pradosiano de Tula y luego en el Equipo de la Zona Centro de México. Siempre lo hizo con dedicación e interés en su formación y vivencia sacerdotal. El Padre Froylán le hablaba desde antes, del Estudio de Evangelio y, por eso al venir a establecerse en su pueblo de origen se interesó por participar en nuestro Equipo.
Santiago vivió el “Ven y lo verás” vocacional. El quedarse tres días a vivir con el padre Froylán fue por la invitación de Jesús. Pienso que Froy fue en muchas ocasiones su San Juan Bautista que le mostró al “Cordero (Siervo) de Dios que quita el pecado del mundo” (Cf. Juan 1,29.35-39). Froy le señaló al Señor Jesús y, éste invitó a Santiago a ir tres días a vivir con el Padre Froy, ver a Jesús y convivir con él.
Señor Jesús, tú cautivaste a Santiago atrayéndolo hacia ti
en una y otra ocasión y,
finalmente lo llevaste hasta ti, a seguirte más de cerca.
Fue más larga la travesía que el tiempo de su ministerio presbiteral.
Sin embargo, su Diaconía sacerdotal comenzó muchísimo antes.
Qué misteriosos y al mismo tiempo qué sencillos son tus caminos.
Al unísono contigo quiero decirle al Padre:
25 “Yo te alabo, Padre,
Señor del cielo y de la tierra,
porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes
y se las has revelado a gente sencilla;
26 sí Padre, pues tal ha sido tu decisión.” (Mateo 11,25-26)
Y tú, Señor Jesús, que eres el depositario
de los secretos y riquezas de Padre (11,27),
Tú que eres quien nos muestra al Padre y nos lleva a Él, (Juan 14,6.9)
danos un corazón sencillo y abierto
para conocer los secretos maravillosos del Padre
y así podamos cantar:
“Señor Jesús, tu amor me ha cautivado,
Anunciaré tu nombre a todos mis hermanos”.
Amén.
Pbro. Emilio Zaragoza Lara,
Diócesis de Tula, Hidalgo.
4 de febrero de 2022