–Primera Formación–
RETIRO DE PARTICIPANTES DE LA PRIMERA FORMACIÓN
El Discipulado Apostólico
Crónica

El encuentro
El lunes 31 de mayo nos dimos cita en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe Reina de la Paz en el centro de la Ciudad de México los participantes de la Primera Formación, así como el P. Juan Olloqui y el P. Manuel Zubillaga, rector de la Iglesia.
Se convivió en el desayuno y los presentes pudieron conocer las instalaciones de la Casa de la Juventud que están en los anexos de la Iglesia y enterarse de los programas que tiene: Preparatoria Jóvenes con Rumbo; Centro de Escucha y Relación de Ayuda; Taller de Panadería; Cabina de podcast y Formación de Voluntarios.
La Casa de Retiros Tepeyac
Posteriormente nos dirigimos a Cuernavaca a la Casa de Retiros Tepeyac.



Los sacerdotes de Primera Formación que estuvieron presentes en el retiro fueron:
- P. Mario Alberto García Reyes
- P. Alejandro Hernández Sánchez
- P. Alfonso Martínez Regalado
- P. Julio Cesar Merlín Gabriel
- P. José Rodrigo Medina Arredondo
- P. Edgar Reyes Martínez
- P. Antonio Vidal Mendoza Sánchez
- P. José Luis de la Fuente Rey (vía zoom desde Torreón)
- P. Álvaro Omar Leal (vía zoom desde Colombia).
- P. Juan Olloqui Martínez – Formador
- P. Manuel Zubillaga – Formador

La dinámica del retiro
• El lanzamiento
El retiro se lanzó desde una provocación de lo que es e implica la formación en general y la primera formación en particular. Se leyó el primer número del texto Itinerario de la Primera Formación del P. Xosé Xulio Rodríguez:
“La Primera Formación en el Prado no es la etapa fundamental y por excelencia de la formación que culminaría con la pe:ción del compromiso y la entrada en el Ins:tuto. La siguiente etapa se podría llamar simplemente una etapa de mantenimiento en la que bastarían ciertos reclamos: la par:cipación en la reunión del equipo, la prác:ca del Estudio del Evangelio, la par:cipación en ciertas propuestas forma:vas que el Prado puede presentar: re:ros, Ejercicios espirituales, algunas sesiones de formación. La formación se plantea en otros términos muy diferentes.
La formación no es cues:ón de contenidos o nociones que hay que aprender sino una disponibilidad interior que se modela lentamente y que debe ser cada vez más estable. Por esta razón la formación no se reduce a un :empo determinado des:nado a dar una instrucción, una especialización o una capacitación para una misión. La formación debe abarcar a toda la persona en todas sus dimensiones apuntando a la meta de conformarse o de adquirir la misma forma de Jesucristo. Por esto decimos que la formación es un proceso y que es con:nua, es decir, siempre estamos en formación hasta el fin de nuestros días. De lo que se deduce que el espacio y el ámbito en el que se realiza la formación es la vida misma. Cualquier evento de nuestra vida :ene un valor forma:vo. La vida es el instrumento providencial que el Padre ha tomado en sus manos para formarnos.
La formación para nosotros es un proceso de asimilación y configuración a los sen:mientos de Jesucristo en su misterio pascual tal como lo expresa el himno de la carta a los filipenses. Si la formación aspira a esta iden:ficación total con Jesucristo no puede durar sino toda la vida. Por tanto, hemos de afirmar que la formación es de por sí permanente, (Cfr. DGF 8)”.
Ese texto motivó que cada uno de los participantes hablara de su situación actual, de lo que está marcando su vida y de lo que percibe como llamadas del Señor para avanzar en el camino del discipulado de Jesús como presbíteros y pastores.

• El Estudio de Evangelio
El P. Juan Olloqui hizo una breve presentación de las guías que él mismo había preparado tituladas: El Discipulado Apostólico desde Marcos. Se marcó el sentido y propósito de estos días de oración:
OBJETIVO DE ESTOS DÍAS:
Tenemos ya tres años del proceso de la Primera Formación y es importante hacer un alto para ver con la luz del Espíritu en dónde estamos, cómo vamos siendo dóciles al seguimiento de Jesús de Nazareth profeta, discípulo del Padre y Maestro. Queremos reavivar el llamado a seguirlo en el ministerio sacerdotal acompañados por la Familia Espiritual del Prado. Por ello queremos:
Desde el evangelio de san Marcos y desde san Pablo, mirar a Jesucristo que camina con sus discípulos, llevándolos a donde él va, para que con él descubramos más hondamente quién nos llama y quiénes somos nosotros. Las fichas del primer año en la primera formación apuntan hacia lo decisivo: ¡Sígueme!

El retiro se fue desarrollando a partir de las guías que por su amplitud y riqueza fueron propuestas para que los participantes, desde su situación fueran eligiendo.
• El Compartir el Estudio de Evangelio
Un momento muy importante del retiro fue que el Estudio personal que se prolongó varias horas fuera compartido en grupo para dejarnos instruir por el Espíritu que estaba actuando en los hermanos.

• La Eucaristía
Pudimos concelebrar juntos hermanarnos como discípulos misioneros. El P. Julio Cesar, de la diócesis de Puerto Escondido, recién ordenado presidió la Eucaristía. Cabe mencionarse que también los padres Rodrigo y Edgar, sacerdotes jóvenes de la Arquidiócesis de Tlalnepantla, recién habían celebrado su aniversario de ordenación.



• La Sesión final
En la Sesión final se hizo una lectura atenta del documento Vocación y Compromiso en el Prado escrito por el P. Xosé Xulio Rodríguez que ayuda ver el dinamismo de la vocación y el verdadero sentido del compromiso entendido como una respuesta del discípulo cautivado por la gratuidad del llamado.
Posteriormente cada uno de los participantes dio su palabra de cierre aportando lo más significativo que recibió en estos días. Se anexan audios testimoniales.

Testimonios
- P. Mario Alberto García Reyes
- P. Alejandro Hernández Sánchez
- P. Alfonso Martínez Regalado
- P. Julio Cesar Merlín Gabriel
- P. José Rodrigo Medina Arredondo
- P. Edgar Reyes Martínez
- P. Antonio Vidal Mendoza Sánchez
- P. José Luis de la Fuente Rey – (vía zoom desde Torreón)
- P. Juan Olloqui Martínez – formador
- P. Manuel Zubillaga – formador