SUBSIDIO DE PREPARACIÓN A LA HOMILÍA 4to DOMINGO DE PASCUA
– Yo Soy el Buen Pastor –
Domingo 25 de abril de 2021
( Jn 10,11-18 )
Lecturas bíblicas: Hech 4, 8-12; Salmo 117 (118); 1Jn 3, 12; Jn 10, 11-18
Evangelio de Jesucristo según san Juan
Capítulo 10, versículos 11 al 18
“Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas. El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye. y el lobo las arrebata y la dispersa. Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas. Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí –como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre– y doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo Rebaño y un solo Pastor. El Padre me ama porque yo doy mi vida para recobrarla. Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: este es el mandato que recibí de mi Padre».
• El bueno, el verdadero
Esta semana, vamos a prepararnos para el día mundial de la oración por las vocaciones meditando un evangelio conocido bajo el nombre de “el buen pastor”. Escuchemos bien la palabra “vocación”: no solo se trata de sacerdotes y religiosas. La vocación concierne a cada bautizado. El Papa Francisco recordó que el matrimonio también es una vocación. ¿Cuál es la vocación que nos concierne a todos? Elegir dejarse guiar por el “buen pastor” y no por malos (como el deseo de poder o de riqueza). Responder al llamado del “verdadero pastor” y no de aquellos falsos (abuso e influencias existen incluso en la Iglesia). Jesús, tú llamas a la libertad. Ayuda a todos los bautizados a caminar siguiendo tus pasos.
• Dar la vida
Los calificativos de “buen” y de “verdadero” no dan una lección de moral. Jesús evita este contrasentido presentándose como aquel que “da la vida por sus ovejas”. Entonces, se trata de un asunto existencial. Dar la vida por alguien va mucho más allá de unos cuantos principios que respetar. Lo primordial para Jesús es la vida, “su” vida, que da gratuitamente. Jesús, tú llamas a vivir como tú. Ayuda a todos los bautizados a caminar por su camino de santidad.
• Atención al mercenario
Jesús no es iluso. Sabe que existen pastores mercenarios (tramposos, mentirosos, desleales). ¿Cómo reconocerlos? Dos indicios: abandonan a las ovejas ante la menor dificultad y, a pesar de sus halagos, se burlan completamente de las ovejas. Se interesan por ellas solo cuando en ello encuentran algún provecho. Jesús, tú llamas a la vigilancia. Ayuda a todos los bautizados a reconocer las trampas de los pastores que utilizan este título aunque no lo son.
• Familiaridad
“Yo soy el buen pastor”. Para decir un poco más al respecto, Jesús revela la familiaridad -o podríamos incluso decir, la intimidad- que une al buen pastor con sus ovejas. Él las “conoce”. ¿De qué manera? “Como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre”. El lazo que nos une a Jesús es a imagen del lazo que lo une a su Padre. Este lazo lleva un nombre desde el bautismo: hija/hijo de Dios. Nuestra vocación: conocer al Padre hasta el punto de convertirnos en hijos suyos. Jesús, tú llama a una gran familiaridad contigo. Ayuda a todos los bautizados a atreverse a llamar a Dios: Papá.
• Otras ovejas
El riesgo de vivir en comunidad entre semejantes está presente desde el momento en que hablamos de un grupo o de un rebaño. Dar la prioridad, la preferencia o la exclusividad a los miembros de “su” grupo es un reflejo que atravesamos todos: “mi” familia, “mi” país, “mi” iglesia, etc. Jesús no se limita. Él habla de “otras ovejas” que no están en este “corral”. Jesús sale para guiar a todo el mundo. ¿Con qué fin? Para que no haya “mi” rebaño sino “un solo” rebaño. Jesús, tú llamas a salir del corral. Ayuda a todos los bautizados a atravesar contigo las fronteras.
• Dar, recibir
Jesús revela un secreto. ¿Por qué el Padre ama a Jesús? Porque él da a los demás lo que recibió de él, su vida. Y también porque puede recibir de nuevo la vida que el Padre le dará. ¿La vida? Jesús no la conserva para sí. Él nos la da para recibirla de nuevo del Padre. Al condenarlo a muerte, los hombres creerán quitarle la vida. Error. Él es quien la da y la recibe libremente. Jesús, tú llamas a dar y recibir. Ayuda a todos los bautizados a crecer en este amor, dando lo que han recibido, seguros de que recibirán aún más.
• Llamados hijos de Dios
Este domingo es la ocasión única para orar por las vocaciones. La vocación es esta apertura fundamental que duerme en cada persona, que el bautismo despierta, y que Jesús encarna tan bien al ser el “buen pastor”, el “verdadero pastor”. Orar por las vocaciones nos descentra de nosotros mismos al hacer que volvamos los ojos hacia los demás. ¿Mi esposo? Que avance sin miedo en su vocación de esposo. ¿Tal o cual vecino o colega? Que descubra a qué camino de vida lo llama el Señor. ¿Tal o cual amigo? Que crezca en este hermoso camino de la amistad. ¿Tal o cual joven? Que se atreva a soñar en grande con Jesús. Todos somos amados grandemente por el Padre para ser, como yo, “llamados hijos de Dios” (segunda lectura). ¡Qué hermosa vocación! Sería una lástima pasarla de largo.
Orar al centro del mundo con el Papa Francisco
Por aquellos que, arriesgando su vida, luchan por los derechos fundamentales bajo las dictaduras, los regímenes autoritarios, pero también en las democracias en crisis.
Qué bueno es saberse acompañado por una persona que nos ama y nos desea el bien, este pastor tan bueno que cuida tanto a sus ovejas, esas ovejas que somos
nosotros.
Qué lindo es saberse amado. Qué dichoso saber sencillamente que Cristo jamás nos abandonará.
Todavía hay que reconocer, aceptar, seguir y amar a este Pastor tan bueno.
El Señor nos llama a ser sus hermosas ovejas para simplemente dejar que nos ame, él que tan solo quiere amarnos y desearnos el bien.
Entonces, ¿lo dejamos? ¿Avanzamos sin miedo?
Esta semana, pongámonos tras los pasos de esas ovejas a quienes Jesús ama tanto, llamadas a seguirlo, para sencillamente caminar a su lado.
¡Feliz camino en confianza!