SUBSIDIO PARA LA HOMILÍA.
DOMINGO PRIMERO DE CUARESMA Ciclo B.
– El Reino de Dios está cerca –
Domingo 21 de enero 2021
(Marcos 1, 15)
Lecturas bíblicas: Gn 9, 8-15; Salmo 24 (25); 1P 3, 18-22; Mc 1, 12-15
Evangelio de Jesucristo según san Marco
Capítulo 1, versículos 12 al 15
En seguida el Espíritu lo llevó al desierto, donde estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían. Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia». Los primeros discípulos.
• ¿Qué es la Cuaresma?
Esta semana vamos a entrar en Cuaresma. Antes de sumergirme en el texto del domingo, puedo tomar tiempo para pregúntame, y quizá también para anotar, ¿qué representa para mí este tiempo litúrgico que llega cada año? ¿Qué palabras, imágenes, olores, colores, paisajes me vienen espontáneamente a la mente cuando pienso en Cuaresma? ¿Qué expectativas, deseos o tensiones despierta en mí? Confío todo esto al Señor.
• A la entrada del desierto
Impulsado por el Espíritu, Jesús permanece s40 días en el desierto, lugar simbólico del encuentro con Dios. Puedo entrar en la escena con la imaginación, ver cómo el Espíritu sopla y lleva a Jesús a apartarse. ¿Y si el Espíritu me invitara a mí también al desierto durante estos 40 días de cuaresma? ¿Y si Dios me esperara ahí para entrar más en intimidad conmigo? En seguimiento de Jesús, me dejo conducir a las puertas del desierto, para entrar yo también en él.
• ¡Entremos!
El día de miércoles de Ceniza, entramos en Cuaresma. En el transcurso de la misa de ese día, los fieles reciben las cenizas en la frente y se les dirigen estas palabras: “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”. Las mismas palabras que pronunciara Jesús en su época. ¿Cómo me tocan en mi vida de mujer, de hombre del siglo XXI? ¿Creo verdaderamente en el Evangelio, en esta buena noticia que Jesús acaba de anunciarme? ¿Qué es para mí esta “buena noticia”? En este inicio de Cuaresma, puedo confiar al Señor lo que resta de mi camino de fe y pedirle, con las palabras del salmo de hoy: “Renueva la firmeza de mi espíritu” (Salmo 51).
• ¿Tentación positiva?
El desierto lo consideramos como el lugar del encuentro con Dios. También es el lugar de la prueba donde Jesús mismo fue tentado por Satanás, el Adversario. Entonces, no debemos culpabilizarnos frente a la tentación ni frente al combate espiritual que forman parte de nuestra vida. Si hay combate interior esto es un buen signo: signo de que estoy a la escucha del Espíritu, de que permito que trabaje en mí. Al contemplar a Jesús tentado en el desierto, puedo preguntarme qué apoyos le permitieron atravesar ese tiempo de prueba y salir de él victorioso. En mi caso, ¿cuáles son mis apoyos cuando vacilo? ¿Qué me ayuda a levantar la cabeza, salir de mí y hacer mi corazón más grande y generoso?
• ¿Posible armonía?
El evangelista nos dice que Jesús “vivía entre las fieras”. No se trata solo de cohabitar cada uno en su territorio, sino de vivir juntos, entre ellos, en la proximidad, compartiendo una intimidad, una amistad. Jesús nos abre así el camino hacia una nueva armonía entre los hombres, las mujeres, los niños y la creación. ¿Qué gesto podría realizar hoy que exprese mi deseo de reconciliación, de cuidar y crear? ¿Plantar una semilla, tocar la corteza de un árbol, admirar el cielo, un arroyo, una planta, acariciar algún animal, saborear un buen plato?
• ¡Buena noticia!
Jesús parte y proclama el Evangelio de Dios. No guarda esta “Buena Noticia” para sí mismo. En efecto, está hecha para ser compartida, expandida ampliamente. Con reconocimiento, puedo recordar pasajes de buena
noticia a través de los que he podido encontrar y conocer mejor a Jesús. ¿Y yo, cómo podría ser testigo de esta Buena Noticia en el transcurso de mi día? ¿En el trabajo, en familia, en los transportes públicos, ante un amigo(a)? ¡Seamos creativos!
• ¡Muy cerca!
Siguiendo el ejemplo de su primo Juan el Bautista, Jesús no cesa de anunciar el Reino, cerca, muy cerca. También nos dice algunas veces que este Reino está “en medio de nosotros”. ¿La comunidad reunida este domingo podría ser un signo del Reino? Este pueblo de creyentes reunidos para celebrar la Alianza con su Dios, para recordar la venida de su Rey, su muerte y resurrección a través de los que recibimos la vida. Jesús nos dijo también: “donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos”. En el transcurso de la misa de este primer domingo de Cuaresma, pidamos estar en ella unidos físicamente y de corazón, tomando tiempo para saborear la presencia de Jesús, pues su Reino está ya ahí, y volvámonos más cercanos a él.
Orar al centro del mundo con el Papa Francisco
Por las mujeres víctimas de violencia, a fin de que sean protegidas por la sociedad y que sus sufrimientos sean tomados en cuenta y escuchados.
Entrar en Cuaresma no significa poner mala cara. Lo primero es la proximidad del Reino. “Está cerca”, dice Jesús. No solo cerca, sino muy cerca.
Aquel que anuncia esta buena noticia ha superado las trampas del adversario en el desierto. Satanás lo intenta todo para distraernos de la proximidad del Reino. Sus trampas son numerosas: mentiras, violencia, celos, avaricia… Cada quién reconocerá las suyas. Jesús las superó todas. Entrar en Cuaresma significa comportarse, como Jesús, como vencedor de aquello que nos desvía de la verdadera vida. Un gesto traduce esta proximidad del Reino para los pecadores que somos: la reconciliación. Es el espléndido rostro de la fraternidad de Dios con nosotros.
Entremos en la alegría de esta proximidad del Reino. Tenemos 40 días para reencontrar esta fraternidad con Dios que Jesús vino a restaurar en el mundo. ¡Qué gran oportunidad!