Estamos cada vez más cerca de la celebración del triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado. La liturgia nos ha conducido, en su proceso pedagógico, al reconocimiento de Jesucristo como el Hijo de Dios, el Mesías, la luz, la vida, en el confronto con el pecado, el demonio, la oscuridad, el mundo. Hoy, al acercarnos a la manifestación suprema del amor, en Jesucristo, por su su entrega en la cruz, se nos invita a entrar respetuosa y conscientemente en este misterio, por medio de la resurrección de Lázaro. El combate final, en el que Jesús se revelará plenamente, está comenzando: “Cuando levanten en alto al Hijo del hombre, entonces reconocerán que yo soy”(Jn 8, 28). La resurrección de Lázaro será el signo con el que Jesús firmará su sentencia de muerte: “A partir de este momento tomaron la decisión de dar muerte a Jesús”(Jn 11, 53). El último de los enemigos en ser destruidos será la muerte, para que todo quede sometido a Cristo(1Cor 15, 25-26), nos dice san Pablo. La resurrección de Lázaro es el séptimo signo, en el evangelio de Juan, y el anuncio del poder que tiene Jesús sobre la muerte, según lo había anunciado anteriormente: “Les aseguro que está llegando la hora, mejor aún, ha llegado ya, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y todos los que la oigan, vivirán”(Jn 5, 25). Jesucristo presenta este argumento en una de las primeras controversias que tiene con los judíos, que lo cuestionan acerca de su autoridad porque hacía curaciones en día sábado. Ya desde ahí apunta a que la última explicación de su misión es venir a dar vida en abundancia(Jn 10, 10).
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COMENTARIO EXEGÉTICO-ESPIRITUAL DEL EVANGELIO DEL DOMINGO V DE CUARESMA
Con el relato de la resurrección de Lázaro, concluye el Libro de los Signos, la sección central del Evangelio según San Juan, aquella en que el Evangelista agrupa las acciones portentosas realizadas por Jesús, suficientes para que la identidad del Señor quede manifiesta a los discípulos: su verdadera humanidad y su plena divinidad.
AMAR A LOS POBRES, PERMANECER EN LA SANTA POBREZA
Artículo publicado en la Revista del Prado de España 254 marzo 2023. El lema de nuestra asamblea está tomado, como es sabido, de la carta 114. El padre Chevrier dirigió esta carta a los seminaristas que había enviado a Roma para estudiar la teología. En ella comenta las palabras que el Papa les dirigió en una de las audiencias en que pudieron verlo: BENEDICTIO PAUPERIBUS. Tomando pie de estas palabras de Pío IX, les recordaba (y nos sigue recordando) lo esencial del carisma del Prado. Por ello me parece interesante recalcar la armonía que establece entre las palabras del Papa y las de Jesús: «BIENAVENTURADOS LOS POBRES» y «MISIT ME EVANGELIZARE PAUPERIBUS». En las palabras de Pío IX el P. Chevrier veía una confirmación de su vocación y misión, esto es, de la gracia recibida del Señor para evangelizar a los pobres. «En vosotros, el Papa ha bendecido a los pobres, los pobres que debéis evangelizar, instruir, y que hemos sido bendecidos todos nosotros en vosotros. Sí, seamos siempre los pobres de Dios…».
COMENTARIO EXEGÉTICO-ESPIRITUAL DEL EVANGELIO DEL DOMINGO IV DE CUARESMA
Para los primeros des-natarios del Cuarto Evangelio, hombres de cultura mixta: semitas: sirios, israelitas, hombres del Asia Menor, que no obstante su diversidad de orígenes, hablan y se en-enden en griego, el signo de la curación del ciego de nacimiento está revelando una palabra que permanece literalmente oculta en el texto, pero que resplandece a lo largo de todo su desarrollo: la Verdad; (en gr. Alétheia), que para los hombres del pueblo de Israel, es fruto de una revelación libre y gratuita de Dios, nacida a par-r del acto del amor incondicional y perseverante de un Dios que quiere darse a conocer por puro amor, por eso en hebreo es llamada Emunah, (fidelidad); revelación que precisa, por su parte, de la misma libertad y gratuidad, de parte de los interlocutores a los que se les revela, el disponerse a hacer el proceso de desvelamiento gradual, para que el esplendor de su rostro no encandile la mirada, no obnubile la propia razón.
HOMILÍA DE MONS. LUIS MARTÍN BARRAZA
/ Domingo IV de Cuaresma
En este camino cuaresmal, en el que nos proponemos renovar nuestra fe, la liturgia de la palabra( nos hace pensar en el bautismo(la luz, la unción, el agua, la profesión de fe), que es precisamente el sacramento en el que hemos recibido la fe. Para renovarnos, es necesario pasar de las “obras estériles de las tinieblas” a “los frutos de la luz(Ef 5, 8), ser “bautizados” de nuevo en el Espíritu Santo. La curación del ciego que es, más que un milagro porque es la revelación de Jesús y, por tanto, un signo dirá san Juan, ilumina nuevamente el proceso bautismal que toda persona debe recibir para ser plenamente humano y, por lo tanto hijo de Dios: “Yo te aseguro que nadie puede entrar en el reino de Dios, si no nace del agua y del Espíritu”(Jn 3, 5). Visto desde el ciego de nacimiento, el proceso que vivió fue de verdadera reivindicación de toda su persona. Desde el principio queda de manifiesto la situación social en la que se encontraba aquel hombre: “¿quién pecó para que este naciera ciego, él o sus padres?”(Jn 9, 2). El pecado, en aquel tiempo, tenía fuertes implicaciones de marginación. Desde la religión se justificaba todo tipo de atropello a la dignidad de los enfermos, pobres y pecadores. El ciego va recobrando su dignidad al mismo tiempo que va haciendo su profesión de fe: “Ese hombre que se llama Jesús”, “Que es un profeta”, “Creo Señor”. Con su solo testimonio va a resultar una denuncia contra toda la oscuridad metida en el sistema político religioso de su tiempo.
SIETE RASGOS CONSTITUTIVOS DEL SACERDOTE DEL PRADO
La configuración con Cristo en el misterio de la encarnación nos impulsa a abrazar la pobreza del Enviado, que siendo rico por nosotros se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza (2 Co 8,9). Esta opción es fruto de la acción del Espíritu que abre nuestro corazón para seguir a Jesucristo el que siendo Hijo, tomó la condición de siervo para hacernos a todos hijos (Fil 2,1-7). Es importante hacer la experiencia y tomar conciencia de que la opción por la pobreza es fruto del impulso y de la realización del Espíritu en nosotros que nos modela a imagen del Enviado del Padre: “El Espíritu del Padre nos modela según la condición del Siervo y nos impulsa a seguir a Cristo… Estamos seguros de que, mediante esta comunión en la manera de actuar del Verbo nos hacemos más capaces de anunciar el Evangelio a todos los hombres, ricos o pobres, sabios o ignorantes, buenos o malos” (C 9).
HOMILÍA DE MONS. LUIS MARTÍN BARRAZA
/ Domingo III de Cuaresma
En este tiempo de cuaresma en el que invitados por la misericordia de Dios nos animamos a emprender un camino de conversión, podemos iluminar este santo deseo con este episodio del encuentro de Jesús con la samaritana. A la luz de este pasaje se puede hablar de varios niveles de conversión. Sin duda que cierta primacía tiene a conversión personal, sin embargo esta exige, de algún modo, la conversión misionera y sinodal de la Iglesia. Porque Dios puede salvar a las personas por cualquier camino, pero el ordinario es la tarea evangelizadora de los discípulos misioneros. Teniendo en cuenta la iniciativa de Jesús de establecer comunicación con esta mujer, podemos hablar de conversión misionera. Parece que este es un tema muy importante en este pasaje, porque Jesús dedica tiempo para explicar a sus discípulos que “está llevando a término la obra de salvación de Dios”(Jn 4, 34), y que “los campos sembrados están maduros para la cosecha”(Jn 4, 35). No se conforma con hacer bien su obra, sino al mismo nivel está la enseñanza hacia los discípulos para que compartan su celo por la misión evangelizadora.
COMENTARIO EXEGÉTICO-ESPIRITUAL DEL EVANGELIO DEL DOMINGO III DE CUARESMA
Es mediodía, la hora del máximo calor, de la máxima claridad, del sol resplandeciente que cae a plomo y reverbera sobre los resecos y polvorientos senderos que, cruzando el territorio de Israel desde Judea a Galilea, pasan a través de la apóstata Samaria, que hace tantos siglos abandonó la fe de los patriarcas, y se doblegó seducida delante de las recias divinidades de los conquistadores asirios. Jesús está de paso por esta tierra, por la que un judío, si es que se ve obligado a transitar, si es que no decidió tomar el rodeo de la Transjordania para evitarla, apura el paso para no contaminarse, para no tener contacto, ni contagiarse con la idolatría que infecta el territorio entero.
ANUNCIAR EL EVANGELIO A LOS POBRES.
“Mi deseo, decía el Padre Chevrier, sería preparar buenos catequistas en la Iglesia y formar una asociación de sacerdotes que trabajen con este fin”.
Los hijos e hijas del Padre Chevrier se reconocen enviados en misión, junto con otros, para que el signo mesiánico del anuncio del Evangelio a los pobres siga siendo siempre ofrecido al mundo .
CAMINOS Y PROCESOS DE LA EVANGELIZACIÓN DE LOS POBRES ENTRE LOS JÓVENES DESCARTADOS
Testimonial de un joven acompañado por el equipo de CEJUV organización social laica inspirada por el evangelio en la Ciudad de México.