PREGUNTAS VITALES PARA ADENTRARNOS EN EL ESTUDIO DE EVANGELIO
en la escuela del padre Chevrier, para adentrarnos en las tres etapas que nos recomienda la orientación 3 del Documento de Programación del Consejo General:
“UNINIRSE A JESUCRISTO”
ÉL ES EL CENTRO HACIA EL CUAL TODO DEBE CONVERGER”
Carlos Pérez, Chihuahua
Justificación de esta propuesta
El Estudio de Evangelio tiene como punto de partida, ya que es esta la manera más frecuente que hace el P. Chevrier y que define la originalidad del Estudio del Evangelio, un punto de búsqueda o una pregunta vital que nos implica y desde la cual queremos que Jeucristo se nos revele. o una cuestión precisa.
- Hacer el EE en función de un punto de búsqueda que nos permita iluminar la vida
del discípulo;
- O bien, alimentar la responsabilidad apostólica.
Es importante fijar las cuestiones, la preguntas. Posteriormente se hará la colección de textos y de citas que se refieran al objeto de la búsqueda; se irán haciendo breves comentarios sobre cómo se revela Jesús que es el centro, o la finalidad específica del EE; también coemntario haciendo pasar a Jesucristo a la propia vida.
Cultivar el atractivo por Jesucristo.
Constatar siguiendo el evangelio de san Marcos capítulo por capítulo, o quizás si queremos hacer un estudio más amplio y reposado, pasando después a los otros tres evangelios:
¿qué atrajo a los discípulos a Jesucristo?
Desglosar las cuestiones:
– ¿Cómo fue que se levantaron y dejaron todo para seguirlo? ¿Cuáles cosas se te hacen a ti atrayentes de la persona de Jesús? ¿Cuáles enseñanzas, cuáles milagros, cuáles encuentro personales y con las multitudes? ¿Por qué?
– ¿Qué prácticas religiosas actuales nos ayudan a crecer en ese atractivo por Jesucristo? – ¿Cómo podemos despertar el atractivo por Jesucristo en tantos católicos que se han vuelto fríos en su fe? ¿Bastará invitarlos a Misa? ¿Será suficiente con hacer atractivas nuestras celebraciones? ¿Qué hay en la Persona de Jesús que los atraiga?
– Constatar en algunos pasajes cómo las multitudes se sentían atraídas por Jesucristo, no sólo por sus milagros sino también por sus enseñanzas.
Conocer a Jesucristo.
– Constatar en el evangelio cómo hizo Jesús para darse a conocer progresivamente a los discípulos. Primero se encontraron con él, y luego lo fueron conociendo más a fondo, en su misterio de Persona.
Desglosar las cuestiones:
– ¿Qué resistencias fueron apareciendo en los discípulos que les estorbaban para conocer a Jesús más de cerca?
– ¿Qué prácticas nos ayudan a nosotros y a los laicos a crecer en el conocimiento de Jesucristo?
– En el entendido de que la Persona de Jesucristo es un misterio insondable, la lectura y el estudio de Jesucristo en los santos evangelios, consideramos que hemos de cultivar ese hábito permanente en todos los católicos para crecer en el conocimiento y en el amor a Jesús. ¿Cómo podemos hacerle en la Iglesia para que todos invitemos a toda nuestra gente?
Estudiar a Jesucristo.
– Los discípulos dejaron todo para irse con Jesús. Él es el Maestro, ellos los que aprenden. En los evangelios aparecen dedicados completamente a escuchar y contemplar a Jesucristo, ser testigos de sus milagros, de sus encuentros con las personas, de sus desencuentros con algunos notables de los judíos, desde luego que con la luz del Espíritu Santo. Repasa algunos de estos pasajes para comprobarlo y regustarlo.
– Todo cristiano está invitado a vivir esta experiencia de escucha de la palabra de Jesús y ser testigos de sus milagros y sus encuentros, la experiencia de dejarse enseñar por él. Leer diariamente los santos evangelios es el equivalente a estar en la escuela de Jesús. Este estudio nos conduce a sacerdotes y laicos a ahondar en el conocimiento progresivo de Jesús. Cada uno ha de platearse este hábito de estudiar a Jesús. ¿Cuál es el tuyo?
– A partir del conocimiento del evangelio se aprende a estudiar a Jesucristo en la vida de los pobres, ¿cómo es tu trabajo de estudiar a Jesucristo en las gentes a las que te toca servir?