LA PRIMERA FORMACIÓN EN EL PRADO
– ITINERARIO –
El centro hacia el cual todo debe converger
1. PROCESO A SEGUIR:
educar; formar; transformar
- Iniciar en el carisma de A. Chevrier y en la vida propia del Prado.
- Discernir si el Señor nos llama verdaderamente por este camino y madurar la decisión de seguir a Cristo, según lo propone el P. Chevrier en el V.D.
- Estando bien anclado en la fe el punto de partida, la formación no debe ser complicada ni desmesurada. Debe facilitar que el candidato se adhiera con simplicidad a lo que es el corazón y el motor de una vida de discípulo y de apóstol al estilo del P. Chevrier: la pasión por conocer y dar a conocer a Jesucristo.
2. Fundamentación y espíritu de la PF
El dinamismo interno: Maduración como la semilla. Un proceso de discernimiento:
- verificar lo que hay dentro, lo que Dios libremente ha sembrado para que dé fruto.
- Partir de la llamada de Dios (el punto de partida es la persona trabajada por Dios).
- Ir poniendo a Jesucristo en el centro de la vida sacerdotal,
- conociéndolo en la fe en el Evangelio y reconociéndolo en la vida de la gente, especialmente en la vida de los pobres.
Aunque cada uno se vea atraído por algún matiz u elemento del Prado, lo importante es abrirse a la totalidad de los elementos de la vocación al prado: vida de equipo, evangelización de los pobres, radicalidad evangélica, estudio de evangelio, atracción y fascinación por Jesucristo, plena conciencia de la pertenencia a la diócesis y al presbiterio diocesano, familia espiritual del Prado.
La apertura a la totalidad de los elementos (D.F. 13).
3. Los presupuestos necesarios
- Voluntad decidida de hacer el proceso
- Un equipo
- Planteamiento contemplativo y apostólico
- Reconocimiento de las propias limitaciones.
4. Los objetivos
- Tomar conciencia de la fidelidad de Dios en nuestra vida personal. El que nos ha llamado es fiel, y él realiza su obra en nosotros, en nuestra fragilidad y en nuestra ambigüedad.
- Descubrir las exigencias e implicaciones de este proceso de formación: Ser colaboradores del Espíritu, que quiere configurarnos con Jesucristo, enviado a los pobres. Ser responsables de los otros candidatos al Prado, ya que estamos llamados comunitariamente a vivir la misma gracia. Dar tiempo y prioridad a la formación en medio de otras tareas de la misión que nos ha sido confiada.
- Iniciar en las prácticas del Prado: Estudio de Evangelio, Revisión de Vida, Cuaderno de Vida, Vida fraterna. Toda la formación ha de transcurrir en un clima de oración y celebración.
- Presentar al P. Chevrier como guía de nuestra formación.
ETAPAS DE LA PRIMERA FORMACIÓN
Primera etapa:
- LA ACOGIDA DE LA INICIATIVA DE DIOS (Sesión de Iniciación).
- Ponerse a la escucha de Dios.
- Hacer una lectura creyente de la historia personal.
- Presentación y experimentación de los elementos constitutivos de la espiritualidad apostólica del Prado.
Segunda etapa:
- La Vocación del Prado: LA LLAMADA (1o año).
- Descubrir la vocación apostólica del Prado en sus principales elementos: en relación con Jesucristo y con su Espíritu; en relación con los pobres y con la Iglesia (el camino del discípulo).
En relación con los pobres y con la Iglesia
5) Lo único necesario: anunciar el Evangelio a los pobres
6) En el pueblo de Dios: Vivimos el seguimiento en una comunidad de discípulos.
Tercera etapa:
- TÚ, SÍGUEME (Sesión – Ejercicios Espirituales).
Cuarta etapa:
- El Espíritu hace testigos y apóstoles, configurándolos con el Cristo pobre, crucificado y comido, en la familia del Prado (El camino del apóstol).
- Bajo el impulso del Espíritu
- Testigos de la verdad, que es Cristo.
- La respuesta a la luz del Cuadro de S. Fons
- El verdadero pobre de Jesucristo: el pesebre.
- Caminar en la obediencia del enviado: la cruz.
- El sacerdote es un hombre comido: la eucaristía.
- En el Prado
- La familia del Prado
- El compromiso en la familia del Prado
Quinta etapa:
- Acción de gracias y DECISIÓN FINAL