161º ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DEL PRADO
(1860 – 10 de diciembre– 2021)
Cambio en la Comunicación Externa
– Renovación del logotipo –
A los miembros del Instituto del Prado
Desde hace algunos meses, el Instituto de los Sacerdotes del Prado reflexiona sobre la comunicación externa. Lo hemos hecho en familia con las Hermanas del Prado y el IFP, ayudados por el Prado de Francia. La colaboración con profesionales de la comunicación ha sido fundamental para aprender a plantearse las preguntas correctas y así visualizar, etapa tras etapa, la finalidad de la investigación. Es por ello que, en junio pasado, durante el Consejo general ampliado de nuestro Instituto, trabajamos en taller con las Hermanas, el IFP y los Prados representados por los responsables o coordinadores que participaron en este Consejo.
Abordar el tema de la comunicación externa es necesario mirar desde el punto de vista del destinatario. Como seguramente lo han experimentado respecto al actual logo del Prado: ¿qué entiende el destinatario sobre el carisma del Prado, a qué nos remite este logo y la palabra misma del Prado?
Este tema de la comunicación concierne a toda la familia espiritual del Prado. ¿Cómo se lleva a cabo al interior de una filial? ¿Y entre las filiales? Nuestro Instituto, al igual que nuestra familia, es internacional. Es por ello que hay que ajustar la comunicación en las diferentes culturas y continentes. ¿Qué medios desplegamos en internet, por ejemplo, y qué coordinación hemos iniciado a este respecto? ¿Somos capaces de comunicar un mensaje claro e identificable para todo el mundo y que sea lo más universal posible?
Estas preguntas nos hacen percibir la necesidad de hacer un llamado a profesionales de la comunicación para mejorar nuestra manera de comunicar, de establecer: mensajes, imágenes que puedan salir de una interpretación limitada y volverse más universales. El resultado está ante nuestros ojos: un logo renovado, palabras que resumen una vocación y una misión.
El descubrimiento del logo en una primera instancia puede sorprendernos. Alejarnos de la representación bien conocida desde hace años no es fácil: evoluciona sin abandonar su forma tradicional. Démonos tiempo para aprender esta nueva imagen, sabiendo que también es pasajera, dado que todo evoluciona. Aquí es donde nos encontramos hoy; el día de mañana, podremos mejorar y cambiar de representación.
Lo esencial para nosotros es percibir en esta renovación el esfuerzo de comunicar que:
– El Prado es una realidad viva en el mundo, una diversidad de vocaciones, de culturas, de países. El mosaico de colores y matices pretende simbolizar esto.
– El logo conserva los tres elementos rediseñados con rasgos más finos: el pesebre, la cruz y el tabernáculo. Los profesionales consideraron que nuestro logo tiene un lenguaje fuerte, rico en comunicación, pero era deseable hacer que evolucionara del color negro.
– El nombre Prado en su tipografía debía distinguirse sobriamente de otros usos de la misma palabra en otros contextos de comunicación, incluyendo el de una marca comercial.
– Finalmente, el subtítulo Familia espiritual es un complemento que ilustra tanto el nombre Prado como el logo.
– Esto no es todo: el conjunto va acompañado por otra expresión que trata de sintetizar el carisma: Discípulos para los pobres. Ha sido muy difícil llegar a este resultado, pero nos pareció que era el mensaje más eficaz para enganchar al internauta que navega en internet y entra en contacto a través de la página web de una u otra filial, o uno de los sitios regionales de tal o cual país. Un logo, un Nombre, un subtítulo.
Para mayor información, si así lo desean, será posible conocer más detalles ya que nuestro diseñador ha escrito una Carta gráfica que muestra y explica las reglas de la comunicación y presenta posibilidades para la utilización del logo en los diferentes contextos de comunicación.
Para terminar esta presentación del logo renovado, sabemos bien que lo esencial no es lo exterior sino lo interior. La novedad que el mundo espera de nosotros pradosianos y pradosianas proviene de nuestro corazón, donde trabaja el Espíritu de Dios. Demos testimonio en el mundo de la alegría de ser discípulos de Nuestro Señor Jesucristo, teniendo como guía al Beato Antonio Chevrier, a fin de dar a los pobres el buen alimento del Evangelio. Demos testimonio de la novedad del Espíritu a través de nuestras decisiones, pues son ellas las que revelan a los pobres el hermoso rostro de Jesucristo.
Les reitero mi oración a fin de que subsista entre nosotros el lazo de la comunión que el Espíritu de Dios nos da e invoco con ustedes a este Espíritu, verdadero “comunicador” y Comunión entre el Padre y el Hijo, y también con Nosotros.
Armando Pasqualotto
(Responsable General del Instituto del Prado)
Instituto del Prado
“Asociación de los Sacerdotes del Prado”
13, rue Père Chevrier
69007 Lyon – France