SUBSIDIO PARA LA HOMILÍA DEL DOMINGO XXXIV ORDINARIO
“Con el más pequeño de mis hermanos“
Mt 25, 40
Lecturas bíblicas: Ez 34, 11-12.15-17; Salmo 22; 1Co 15, 20-26.28; Mt 25, 31-46
Evangelio de Jesucristo según san Mateo
Capítulo 25, versículos 31 al 46
“Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver”. Los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?”. Y el Rey les responderá: “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”. Luego dirá a los de su izquierda: “Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron”. Estos, a su vez, le preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?”. Y él les responderá: “Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo”. Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna».
• Gran fresco
Este pasaje del “juicio final” habita la imaginación de numerosos creyentes y no creyentes. La inmensa pintura de la capilla Sixtina realizada por Miguel Ángel seguramente nos es familiar. De hecho, en este texto y en ese fresco hay elementos que conmocionan la
imaginación. Trato de encontrar una representación de este mural del siglo XVI: ¿qué me llama la atención? ¿Qué detalles nuevos encuentro? ¿Qué imagen de Dios se propone ahí?
• Un rey-juez
Mateo, el único evangelista que nos narra esta gran historia, pone en escena la segunda venida de Cristo. Él está presente como un “rey sobre un trono de gloria”, juzgando a toda la humanidad, a vivos y muertos. Es lo suficientemente impresionante, pero pronto percibimos que los criterios utilizados son un poco especiales. Confío al Señor mi dificultad para juzgar con sus criterios.
• Un rey-pastor
Este rey también es un pastor. Su misión: seleccionar entre las ovejas y los cabritos, entre los buenos y los malvados. Esta selección tiene algo un poco aterrador pues parece definitiva y radical. Pero de nuevo, se me invita a considerar que este rey no juzga a partir de criterios mundanos. Doy gracias a este Dios que está atento a lo que hacemos, a lo que hago con los más pequeños, que son los suyos.
• Las ovejas del Padre
Releamos con alegría las palabras de aquellos que son colocados a la derecha del rey: “Señor, ¿cuándo te vimos…? (…) ¿Cuándo (…) fuimos a verte?” Son los primeros sorprendidos al haber sido colocados de ese lado. Doy gracias a este Dios que está del lado del bien que no hace ruido, y le pido la gracia de formar parte de él.
• Hermosa pedagogía
El pico de la parábola no es el infierno. En primer lugar, es una vigorosa invitación a vivir mejor el presente unos con otros. Se trata de preocuparnos no por nuestra salvación personal sino por la salud y salvación de los más débiles y de los más desprovistos. El día de hoy, me decido a hacer lo mejor que pueda para estar presente con los más pequeños que son los suyos.
• Un rey extraño
Este rey es verdaderamente alguien particular. En lugar de estar en un palacio, lo vemos que se presenta cada vez como alguien que tiene hambre, que tiene sed, que es extranjero, está desnudo, enfermo o en prisión. No es sorprendente que los “benditos del Padre” se sientan un poco desconcertados y nosotros también. Señor, concédeme la gracia de no acostumbrarme a la miseria”.
• Un itinerario exigente
Este discurso del “juicio final” es como un itinerario de una caridad en acciones para nuestras comunidades cristianas. No se trata de una
buena o mala conciencia. Se trata de vida y muerte por Cristo, de este paraíso o infierno para los más pequeños de este mundo que conforman su reino. Es el sentido de la solemnidad de este día: Cristo es Rey del Universo pues todo el universo, tanto las cosas como los seres, cuentan ante sus ojos, y el Universo necesita recibir su salvación. Y esta salvación pasa por nuestras manos, por nuestros pies, nuestras inteligencias, creatividad y corazones. Sí, este rey que es al mismo tiempo un buen pastor y un juez exigente nos llama a trabajar. No nos desentendamos tan rápido.
Orar al centro del mundo con el Papa Francisco
Para que los avances en robótica e inteligencia artificial sean siempre al servicio del ser humano
Para orar con esta intención de noviembre 2020
Esta semana, arremanguémonos la camisa sin hacer preguntas sobre lo que debemos hacer. Nuestro itinerario está trazado por Jesús con estas seis acciones concretas por cumplir: dar de comer, vestir, dar de beber, acoger, cuidar, visitar. Cada noche, durante nuestra oración, elijamos una de estas acciones que podemos realizar al día siguiente para amar con los ojos de Cristo. Aquí algunas ideas: donar comida a asociaciones o no desperdiciar lo que nos sobra; escombrar nuestra ropa y tomar tiempo para donar alguna; dar una palabra fuente de vida sin juzgar; no voltear la espalda a personas que nos molestan; llamar por teléfono o tomar tiempo para ir a ver a enfermos o personas mayores; intentar acercarnos a prisioneros a través de alguna asociación. Hermosa creatividad siguiendo los pasos de Cristo.
Se trata de un asunto serio en este evangelio: las palabras son muy claras e incisivas, las acciones que hay que hacer son muy precisas y Jesús se une a nosotros en lo más concreto de nuestras vidas. Vivir con hambre, con desnudez, enfermedad, sed de vida, ser extranjero, estar en prisión, es imposible ignorar estos sufrimientos.
Ante esto, todos somos iguales y nadie puede decir: yo no sabía, no lo vi o no lo escuché, sobre todo en nuestro mundo super conectado. Entonces, el juicio es tan riguroso como esto: tan solo sentido común que nos recuerde una vigilancia constante para volvernos todos los días e incansablemente hacia el amor a nuestro prójimo y a los más pequeños con los ojos de Cristo y del Padre.
Con Dios, “todo es posible” (Mt 19, 26); entonces, sumerjámonos en el amor sin dudarlo.